Creencias

Esta iglesia sustenta los siguientes principios doctrinales fundamentales.

Creemos que las sagradas Escrituras del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento son la Palabra del Dios vivo, plenamente inspirada por Dios e inerrables en los escritos originales, y que son de autoridad suprema y finales en toda cuestión de vida y fe.
(2a. Tim. 3:17; 2a. Pedro 1:19-21; Jn. 5:39)

Creemos en un sólo Dios que existe en tres personas iguales; Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo.
(Jn. 15:26; Mt. 28:19)

Creemos que el Señor Jesucristo es la encarnación de Dios el Hijo, que en cuanto a su humanidad fue engendrado por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María.
(Mateo 1:18-20, Juan 1:1-14; 1a. Tim. 3:16)

Creemos en la llenura (bautismo) en la personalidad y deidad del Espíritu Santo, como el agente de la regeneración de las almas y de la inspiración del creyente, y lo reviste de poder mediante la obediencia, que se contrista y apaga cuando se le resiste o se le desobedece.
(Mateo 8:19; Juan 14:16-17; 16:18; Hechos 1:8; 2:1-4, 2:28; 2a. Cor 13:13; Efesios 1:13; 4:30; 1a Tesal. 5:19)

Creemos que las consecuencias de la caída son la depravación total del hombre y la muerte física y espiritual.
(Sal. 14:2-3; Rom. 3:19; 5:12)

Creemos que la muerte del Señor Jesucristo en la cruz fue un sacrificio vicario y expiatorio, y que por el derramamiento de su sangre, su resurrección corporal y ascensión a la diestra del Padre, es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen, y que ahora está en el cielo como intercesor y abogado a favor de los creyentes.
(1a. Pedro 1:18-19; 2:24; Gál. 3:13; 7:25, 8:1; 1a Tim. 4:10; 1a. Jn. 2:1-2)

Creemos que la Segunda venida del Señor Jesucristo para arrebatar a su iglesia es inminente, premilenial, personal y corporal, (Juan 14:3; Fil. 3:20-21; 1a. Tes. 4:13-18); y después vendrá en Gloria de su Padre para establecer en el mundo su reino de justicia y de paz.
(Hch. 1:11; Mt. 24:42-44; Tit. 2:11-13; Jer. 23:5; Luc. 1:31-33)

Creemos que todo aquel que recibe a Jesucristo por la fe aparte de las obras, es nacido del Espíritu, por tanto llega a ser hijo de Dios, y en Cristo Jesús es perfecto ante el Padre; sin embargo, retiene todavía la naturaleza de Adán, que solamente puede ser vencida por la plenitud y poder del Espíritu Santo.
(Jn. 1:12-13; Rom. 8:4; Cal. 5:16; Ef. 2:8-9; 5:18; Col. 1:22; Tit. 2:5; 1a Jn. 4:17)

Creemos en la resurrección de los muertos, tanto de justos e injustos, los unos para felicidad eterna y otros para la perdición eterna; y los espíritus de los que murieron en Cristo pasan inmediatamente a la presencia del Señor, mientras sus cuerpos esperan el día de la resurrección.
(Sal. 73:23-26; Mt. 25:21-23; Jn. 5:28-29; 2a Cor. 5:8; Fil. 1:21-23; 1a. Ts. 4:16; 2a. Ts. 1:8-10; Ap. 7:15-17; 20:11-15)

Creemos en la Existencia y personalidad de Satanás, enemigo de Cristo y acusador de los escogidos, aunque vencido en la cruz, y en los ángeles caídos o demonios, sus ministros, que constituyen con Satanás, la potestad de los aires, cuyo fin será el lago de fuego.
(Mt. 25:41; Jn. 12:31; 16:11; Ef. 6:11-13; Col. 2:15; 1a Jn. 3:8; Ap. 2L10-12; 20:10)

Creemos que la Iglesia verdadera, el Cuerpo de Cristo, es visible, y que consta de todos los creyentes que están unidos a Cristo por fe, en todos los siglos, en todas las razas y naciones de la tierra. Que las Iglesias visibles son agrupaciones de personas que se congregan en el nombre del Señor Jesucristo para dar testimonio de su Gracia, adorando en espíritu y verdad, oyendo su Palabra y observando sus enseñanzas. Por tanto, en la Iglesia visible ningún puesto debe ser dado ni evitado a ningún creyente a causa de su raza o nacionalidad.
(Jn. 1:12; 4:24; 1a. Cor. 12:12; Gál. 3:28; Fil. 2:15-16)

Creemos que Dios ha establecido un poder civil para definir y hacer observar los deberes de los hombres entre sí, y por tanto, el cristiano debe respetar y cumplir las disposiciones de las autoridades, en todo aquello que no contraiga las enseñanzas de las Santas Escrituras, ni coaccionen la conciencia.
(1R. 22:14-17; Dn. 3:15-21; Mt. 5:10-21; Hch. 4:19; 5:29; Rom. 13:1-7; 1 Tim. 2:1-2; Ts. 2:13-16; Dn. 6:10.)